Una de las seis biosferas de UNESCO en la isla de Cuba, la reserva Zapata (también clasificado como Sitio Ramsar y como parque nacional), contiene las ciénagas más grandes del Caribe, y - no es sorprendente - uno de sus ecosistemas más diversos de zonas verdes mejor conservadas de la isla. Con una superficie aproximada de 300.000 hectáreas, que cubre un largo de 175 kilómetros entre Punta Gorda y Jagua, y alcanza una anchura de 58 kilómetros. Tiene el más complejo sistema de drenaje cárstico de la isla de Cuba.
Además, su paisaje de llanuras bajas, (semi)pantanosas, vegetación de sabanas naturales, la zona de captación del río Hatiguanico, la Laguna del Tesoro, así como las playas cercanas, Playa Larga y Playa Girón, hace que sea uno de los lugares más bellos y sorprendentes, que ofrece una enorme variedad de paisajes espectaculares.
Casi el 56% de las ciénagas son forestadas, y se calcula que unas 900 especies florales crecen aquí, muchas de las cuales son autóctonas. Entre los vertebrados endémicos merece especial atención el cocodrilo cubano (Crocodylus rhombifer), el de hábitat más restringido del mundo, para cuya protección y desarrollo existe en la zona un criadero científico.
También hay una importante presencia de unas 109 formas de fauna con 12 especies mamíferas siendo el Manatí el más significativo, 160 especies de aves, 31 de reptiles y una gran variedad de anfibios e invertebrados. La mayor parte de la fauna de la biosfera se concentra en la parte que se llama el Gran Parque Natural Montemar (anteriormente Parque Nacional Ciénaga de Zapata ). Esta parte también contiene la Laguna de las Salinas, un refugio de vida silvestre con marjales donde viven los flamencos en vida protegida y donde de octubre a marzo visitan 65 especies de aves en su patrón de migración.
Antes de la llegada de Colón, los humedales fueron habitadas por las tribus indias Siboney. Durante el período colonial se despobló casi por completo y fue utilizado sobre todo por los piratas como refugio. Durante la época republicana la zona atrajo a nuevos habitante: los mineros del carbón y pescadores que vivían en pobreza extrema. Fue sólo después de la revolución cubana que se tomaron medidas para reactivar la zona y convertirla en un destino para el turismo responsable.
Hay varios senderos en la Zapata que permiten una interacción cuidadosa con la naturaleza, al tiempo que puedes apreciar su belleza espectacular y diversa. Mientras caminas en la bio-reserva puedes observar distintas formaciones forestales y accidentes geográficos, así como el sistema de cuevas que se ha desarrollado a lo largo de la costa con dolinas fascinantes y una variada fauna que las habitan. De vez en cuando (la Zapata es escasamente poblada en comparación con el resto de Cuba), verás algunos agricultores locales y puedes observar sus cultivos, su ganado y su estilo de vida. El área es también una meca para los observadores de aves, naturalistas, y los pescadores con posibilidad de pescar en los marjales, las pequeñas islas y en el río Hatiguanico, conocido como el Amazonas de Cuba.
Para visitar el parque hay que acudir a las oficinas del mismo situado en Playa Larga. Desde nuestra casa llegas ahí en 5 minutos andando.